Katie Mitchell, una adolescente creativa y poco convencional, es aceptada en la escuela de cine de sus sueños, pero sus planes para volar a la universidad se ven truncados cuando su padre Rick, amante de la naturaleza, decide que toda la familia reunida acompañe a Katie en su viaje a la facultad y así hacer algo juntos una última vez. A Katie y a Rick se une el resto de la familia formada por la extremadamente optimista madre de Katie, Linda, su estrafalario hermano pequeño Aaron, y Monchi, el encantador y rechoncho carlino mascota de la familia, para este último viaje familiar.La familia Mitchell vs. las máquinas Critica: *Diversión de principio a finLa familia Mitchell vs. las máquinas Ya desde los primeros minutos, Los Mitchell contra las máquinas es un auténtico aluvión de carcajadas. Su disparatado, frenético y satírico ritmo se mantiene en todo momento hasta el final, y gracias a ello, no podrás dejar de sonreír, como mínimo. Tanto los Mitchell, como el resto de personajes de esta locura de historia, tienen cada cual su papel y personalidad bien definidos; y se nota que saben aprovecharlo. Todos tienen algo que aportar, todos brillan a su manera, ya sea en mayor medida o brevemente. Desprende frescura y un ambiente agradable en cada escena, incluso en los momentos más emotivos. Es de esos filmes que realmente te da pena terminar, porque lo estás pasando tan bien, que quieres más de lo que estás viendo. Además, su humor y las continuas bromas o chascarrillos, pueden ser disfrutados tanto por niños como por adultos. Cada cosa en su sitio, y cada elemento cómico bien encajado en el argumento, sin pasar de lo gracioso a lo tedioso, ni quedarse demasiado cortos y provocar el bostezo. Para todo hay cierto límite, y aquí, aún sin ser perfecta, han tenido cabeza para gestionarlo correctamente. *Acercándose al público en general Los Mitchell contra las máquinas tiene grandes referencias con las que deleitar a los más nostálgicos, pero también ofrece una buena crítica paródica de la sociedad actual, y en concreto, de las nuevas generaciones.La familia Mitchell vs. las máquinas Para esto, han utilizado muy sabiamente al personaje de Katie, una adolescente muy creativa, y una auténtica apasionada del cine, que utiliza estos elementos digitales para desarrollar videos y personajes muy divertidos, con los que pretende arrasar en las redes. Su padre Rick, es el típico negado de la tecnología, que no comprende los gustos ni las aficiones de sus hijos, y vive de los recuerdos del pasado, obsesionado por volver a juntar a su familia, incluso en un apocalipsis. Esto provoca un gracioso choque entre padre e hija, que de seguro muchas familias reconocerán en sus vidas.
Gabriel, un comediante de stand up, rechaza la invitación de hacer un viaje intergaláctico, pues se le ha presentado la oportunidad de ser padre. Aunque sus finanzas se desmoronan, su carrera de comediante no despega y sus energías se concentran en un ambicioso guion sobre la llegada del primer humano a Marte. Sabe que su lugar es en la Tierra. Por ello, con tal de darle a su vida un cambio radical, acepta un trabajo que no termina de gustarle y se expone a la crítica de un prestigioso director de cine. En cada una de sus decisiones, el fracaso y la desilusión orbitan su vida, haciendo que se cuestione su verdadero lugar en el universo.El comediante Critica: El comediante tiene como protagonista a Gabriel Nuncio. Un primer detalle en el que reparar es que se llama igual que el actor que lo interpreta. De tal modo que la conexión entre persona y personaje es clara. Parece ser que los elementos autobiográficos existen, pero tampoco son demasiados. En cualquier caso, Gabriel parece llevar sobre sí una nube negra de fatalidad. Frisa los cuarenta años y anda un poco perdido. Su trabajo como humorista, haciendo stand up comedy en un garito, está de capa caída. Trata de convertir un guion de su cosecha en una película sin ningún resultado, y la persona con la que sale tiene ideas paranoicas sobre una confederación galáctica.El comediante El argumento de la película más que mostrarse como una historia lineal, se estructura como una serie de viñetas, de situaciones pintorescas donde se profundiza en los proyectos fallidos de Gabriel. El montaje va dando saltos de una situación a otra, componiendo al personaje y haciéndonos partícipes de sus desventuras. Por si fuera poco el desorden que reina en la vida de Gabriel, su amiga Melissa (Adriana Paz) le propone que le ayude a tener un hijo. Lo que en principio parece una idea ilusionante, aunque poco común, acabará desarrollándose de una forma muy diferente a la prevista.El comediante El personaje de Gabriel es una representación concienzuda de varias cosas. De un lado, está el fracaso. También está la crisis de los cuarenta, la soledad, una resignación (o resistencia, según se mire) continuamente puesta a prueba, y que finalmente será la materia en la que se base la película.El comediante
Cuando Bodi y su banda 'True Blue' abandonan Snow Mountain, para ir de gira con la sensación del pop, Lil 'Foxy, descubren que la fama tiene un precio.Rock Dog: Renace una estrella Critica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.Rock Dog: Renace una estrella
Toto y Di son los padres de dos hermosos huevos: Uly y Max.Un rescate de huevitos Critica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.Un rescate de huevitos
Una joven zarigüeya se equivoca a la hora de pedir un deseo y congela toda su ciudad natal de Sanctuary City, amenazando así la vida de todos sus habitantes.....El árbol de los deseos Critica: Esta historia sobresalta más por el diseño de sus personajes, y los paisajes que tienen el mismo estilo que el de un videojuego, sin embargo no se salva de un guion mediocre y una historia predecible.claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia......El árbol de los deseos